Nuestra escuela vio la luz en 2007 aunque el proyecto empezó a gestarse antes. Nos habíamos estrenado como padres en 2005 y cuando en 2006 fuimos a escolarizar a nuestro hijo nos dimos cuenta de que no había ningún centro que reuniera las características que como padres deseábamos para la primera experiencia escolar de nuestro bebé. Quizás el hecho de haber concluido los estudios como Educadora Infantil justo antes de quedar embaraza nos hizo ver todo con otros ojos. Ya no solo me había formado como educadora, sino que también empezamos a asistir a otros círculos formativos con más padres y madres que, como nosotros, afrontaban la crianza llenos de incertidumbres, inseguiradades y miedos. Siempre hemos pensado que la formación profesional recibida y el hecho de comenzar a estudiar las etapas del desarrollo antes de estar “enfrascados” en ellas, nos ha facilitado mucho la crianza de nuestros propios hijos. Sí, has leído bien, NUESTROS… Porque en 2008 llegó el segundo.
En estos círculos empezamos a conocer términos como constructivismo frente al conductismo, crianza respetuosa, educación consciente, pedagogía blanca, escuelas activas, disciplina positiva…. Si nos hubiéramos quedado en casa, esperando a que las dificultades “pasaran”, tirando de paciencia, malestar, y esperando a que alguien del entorno nos hablara de su implacable “receta mágica” la educación que ofrecemos en Mi Primera Escuela hoy sería muy diferente.
Toda la formación y experiencia acumulada desde entonces, está incrustrado en el ADN de la escuela, y se refleja en nuestro día a día con los alumnos, la familias y el equipo humano que hacen de Mi Primera Escuela un centro único.
Gracias a que cada paso se realiza con corazón, con alma, con consciencia, con fuerza… desde 2007 nuestro programa de aprendizaje bilingüe de 0 a 3 años ha desarrollado una reputación formidable entre las cientos de familias que en estos años han confiado en nosotros.
“Nuestra propia experiencia como padres nos ayudó a establecer los pilares de hoy, creando espacios acogedores y seguros para que los niños crezcan con confianza”
Enfoque centrado en el niño
Priorizamos las necesidades individuales de cada niño, reconociendo su singularidad y fomentando su desarrollo integral.
Aprendizaje activo
Promovemos un ambiente de aprendizaje interactivo y participativo donde los niños son agentes activos en su propio proceso de aprendizaje.
Respeto y empatía
Cultivamos relaciones basadas en el respeto mutuo y la empatía, tanto entre adultos y niños como entre los propios niños, creando un entorno de confianza y seguridad.
Educación inclusiva
Valoramos la diversidad y la inclusión, y trabajamos para crear un espacio donde todos los niños se sientan aceptados y apoyados.
Colaboración familia-escuela
Reconocemos el papel fundamental de las familias en la educación de sus hijos y fomentamos una estrecha colaboración entre la escuela y el hogar para garantizar el bienestar y el desarrollo óptimo de los niños.
Estos principios reflejan nuestra dedicación a proporcionar una educación de calidad que nutra el crecimiento emocional, social, intelectual y físico de cada niño, preparándolos para un futuro lleno de posibilidades.
UN PROYECTO IMPLEMENTADO POR EDUCADORES EXPERIMENTADOS
para las edades más tempranas y todos los estilos de aprendizaje
En Mi Primera Escuela encontrarás para tu hijo la base física, emocional y cognitiva que necesita para prosperar en la escuela y en la vida de mano de un equipo humano sensible, cariñoso y profesional. Un equipo multidisciplinar formado por docentes escpecializadas en diversos campos como estimulación temprana, educación e inteligencia emocional, disciplina positiva, psicomotriciadad, idiomas, pedagogías activas, innovación, etc.
En Mi Primera escuela somos proveedores de cuidado, atención y educación infantil, especialistas en primera infancia y tanto es así que sólo encontrarás en nosotros aula de bebés específica para acoger a los más chiquitines desde las 16 semanas de vida única en Elda.
Utilizamos estrategias divertidas, multisensoriales y basadas en la investigación y exploración libre e individual para ayudar a los niños a desarrollar habilidades de aprendizaje temprano.
Somos conscientes de que lo que hacemos tiene un gran impacto en sus vidas. El mundo interior de un niño se vuelve un poco más grande cada vez que entra en una de nuestras aulas. La educación es más que conocimiento. Se trata de ayudar a los niños a desarrollar las habilidades sociales y emocionales que usarán por el resto de sus vidas.
Además de nuestra atención hospitalaria hay un compromiso con la excelencia. Las aulas se sienten como en casa. Las familias nos sienten como familia.
¡Nos sentimos muy orgullosos de los logros y niveles académicos que han logrado muchos de nuestros antiguos alumnos y alumnas!
Estamos actualizando esta información. Disculpa las molestias
LA TRANSICIÓN DEL HOGAR A LA ESCUELA
Los adultos debemos estar para el niño y no al revés
En el centro infantil Mi Primera Escuela en Elda buscamos crear un ambiente familiar y cercano para favorecer la transición del hogar a la escuela desde la primera reunión informativa.
Propiciamos la transición del hogar a nuestro centro infantil de una forma gradual y respetuosa para evitar que el niño se sienta inseguro.
En Mi Primera Escuela apostamos por un Plan de Transición y Adaptación lo más respetuoso posible con el niño al mismo tiempo que tratamos de evitar generar un problema para las familias que viven con dificultad el poder conciliar.
Lo primero es el niño y siempre tratamos de adaptarnos a los ritmos individuales que cada uno de ellos nos va marcando según van asumiendo esta nueva situación en su vida.
Los problemas de aceptación del niño o niña dependen en gran medida de esa sensación de seguridad e independencia que también desde el hogar se ha de transmitir.
En Mi Primera Escuela les ayudaremos en su aprendizaje y transición. La figura de apego debe estar presente y fomentar la exploración en el niño de su nuevo entorno durante los primeros contactos. Los periodos de permanencia en el centro de educación infantil al principio serán todo lo breves que cada niño o niña precisen. Ni jornadas enteras ni jornadas de hora y media. Será la jornada que más se acople a su necesidad, que le evite el sufrimiento innecesario y que le flexibilice con un margen necesario hasta que perciba las cualidades positivas de su nuevo entorno. La preparación y colaboración de la familia será sumamente importante en este proceso. La interacción con la educadora y otros alumnos facilitarán que el niño comience a sentirse parte de la comunidad. Progresivamente el niño logrará una separación más sana y segura de su ambiente familiar, a su propio ritmo y con el apoyo necesario para construir la confianza en si mismo y en los demás que le acompañará toda la vida.